Charlot empieza, trabajando en una industria de obrero. Las condiciones
son penosas: tanto físicas (trabajo continuo durante horas, poco
remunerado), como psicológicas (el hombre es tratado como una máquina
más en la producción, el trabajo en sí no tiene ningún incentivo, y son
tratados de forma vejatoria. Hay en esta parte de la película numerosos
gags como el que le pica y al arrascarse provoca la distorsión de la
cadena, y otro en el que inventan una máquina para comer, para intentar
conseguir el mayor beneficio (ya que la hora de la comida disminuye el
rendimiento total). Charlot, a causa de ese trabajo continuo e inhumano,
le da un ataque de locura y le tienen que ingresar en un manicomio. Al
poco tiempo sale a la calle y se encuentra (una vez curado del ataque de
nervios), sin empleo y sin un lugar donde vivir ni nadie a quien
acudir. Quizás sea esto por lo que, recordando esta situación en el
futuro y en la cárcel sepa valorar la alegría que da tener alguien al
lado e intentar superar juntos los problemas. Más tarde conoce a otra
vagabunda con la que compartirá sus casi siempre desgracias y algunas
alegrías. Esta está interpretada por la que será su compañera dentro y
fuera del rodaje: Paulette Goddard. Con ella vive el hambre, la espera
de ella cuando él regresa a la cárcel, el trabajo de él como guarda de
seguridad en unos grandes almacenes, el empleo en un garito de
espectáculos y la ilusión de una vida nueva, cercana pero sobretodo
digna.
El golpe de Estado de 1981 en España, también conocido como 23-F, fue un intento fallido de golpe de Estado perpetrado el 23 de febrero de ese año por algunos mandos militares, cuyos episodios centrales fueron el asalto al Palacio de las Cortes por un numeroso grupo de guardias civiles a cuyo mando se encontraba el teniente coronel Antonio Tejero, durante la sesión de votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, de la Unión de Centro Democrático, y la ocupación militar de la ciudad de Valencia en virtud del estado de excepción proclamado por el capitán general de la III Región Militar Jaime Miláns del Bosch.